Cuando tienes caries o sufres golpes y no haces nada al respecto, con el tiempo la lesión avanza hasta llegar al nervio, inflamando la encía y produciendo un intenso dolor. Al llegar a ese punto, solo te queda una opción para salvar el diente: realizarte un tratamiento de conductos o endodoncia.

Este procedimiento permite trabajar el interior de tus piezas dentales, conservando el diente, la encía que lo rodea y su funcionalidad. Gracias a él, tu endodoncista elimina el tejido infectado, extirpando la pulpa dental, llenando y sellando la cavidad.

Si dejas tu caries sin atender o sufres un traumatismo en los dientes, una serie de síntomas pueden indicarte que necesitas una endodoncia: inflamación de la encía, dolor al morder y sensibilidad a las temperaturas (comidas frías o calientes).

Gracias a sus elevadas tasas de éxito, será la primera alternativa que te recomendará tu dentista antes de optar por la extracción de la pieza dental. Sin importar su origen, siempre que tengas un dolor en la boca debes preocuparte, porque esto solo indica que tienes algún padecimiento dental delicado.

No lo pienses más, y agenda una cita con la Dra. Libia Ramos.